Educar a tu nuevo cachorro a hacer sus necesidades en solo lugar es a menudo un reto para un nuevo líder de la manada, pero el proceso no tiene que ser estresante ni para el humano y tampoco para el animal.
La verdad es que ésta es una situación en la cual contamos con la ayuda de la Madre Naturaleza trabajando en nuestro favor para entrenar a los cachorros. Cuando los cachorros nacen, comen y hacen sus necesidades en la perrera o su paridera, por ejemplo, la madre siempre los limpia. Nunca se percibe olor de la orina o heces donde los cachorros comen, duermen y viven. Cuando crecen, aprenden a usar áreas externas imitando a su mamá. De esta manera, todos los perros se condicionan a nunca usar sus guaridas como baño. Desde los dos a los cuatro meses de edad, la mayoría de los cachorros aprenden el concepto de entrenamiento para uso de la jaula y para hacer sus necesidades afuera con bastante facilidad, eso se da, en parte, por su reloj biológico. Un factor positivo que ya está incorporado en el perro cuando se trata del adiestramiento para hacer sus necesidades es el tracto digestivo canino que es extremadamente rápido y eficaz. De cinco a 30 minutos después de que el cachorro coma, querrá defecar. Por lo tanto, con un horario de comidas consistente y tu atención al reloj, tu cachorro puede mantener idas regulares al baño. En los primeros días de adiestramiento, también debes asegurarte de que el cachorro cuente con un lugar para hacer sus necesidades donde se sienta seguro, un lugar que se vea y huela conocido. ¿Haz notado cómo los perros a menudo hacen sus necesidades en el mismo lugar en que lo hicieron antes? La razón es porque el olor actúa como un disparador y un atrayente. Como siempre, recuerda que tu propia energía es un factor de suma importancia en tus esfuerzos de adiestramiento. Si te sientes nervioso o impaciente o tratas de apurar a un cachorro para que haga sus necesidades, esto también puede estresarlo. Usar un tono de voz alto o chillón para alentar a tu cachorro a que “vaya al baño” es una distracción para el perro, por lo que trata de evitar cualquier tipo de conversación. Establece una estructura y síguela. Ubica el sitio en que tu cachorro debe hacer sus necesidades y todos los días en la mañana llévalo al mismo sitio, a la misma hora. Haz lo mismo a cada tres o cuatros horas y 20 minutos después de la comida. Además, si estuvo durmiendo por un par de horas, cuando despierte querrá ir al baño. Es sumamente importante que seas consistente durante todo el proceso para que el cachorro pueda incorporar el nuevo hábito. Cuando tu cachorro haya hecho sus necesidades con éxito es importante recompensar su buena conducta. No es necesario que sea una celebración enorme y ruidosa, una simple aprobación tranquila o una golosina pueden hacerle llegar el mensaje de que ha realizado un buen trabajo. No castiga a tu perro por un accidente, ni haga nada que pueda crear en él una asociación negativa con sus funciones corporales. Permanece tranquilo y positivo, y conduce al cachorro de manera calma al sitio donde quieres que vaya. Si se hace correctamente, el adiestramiento del perro para hacer sus necesidades no debe ser algo turbulento sino tan sólo una cuestión de poner un poco de trabajo extra para que tu cachorro se habitúe a un programa durante las primeras semanas tras su llegada a la casa. No permite que la tensión innecesaria sobre este proceso tan natural y poco complicado opaque la alegría en torno al proceso de entrenamiento de tu Boston Terrier que esta en esa etapa de cachorro.
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Por lo general, el Boston Terrier es un perro bastante enérgico y vivaz que necesita realizar actividades físicas para mantenerse contento y saludable. Es por ello que debes ofrecerle al menos una hora de ejercicio todos los días, permitiéndole correr, jugar y relacionarse. Puedes sacarlo con correa a dar un par de paseos, pero uno de ellos con la oportunidad de olfatear, explorar e interactuar con su entorno; además de esto, tienes que brindarle tiempo extra para que juegue sin correa en un lugar seguro, como el patio cercado de la casa.
Cabe señalar que este perrito también requiere de una buena socialización desde cachorro; para ello, debes permitirle interactuar con diferentes personas, otros perros y distintas experiencias, ya que de esa manera es como puede desenvolverse en un ambiente de confianza hasta lograr convertirse en un compañero amigable ante su alrededor. Sólo asegúrate de que se muestre cómodo y seguro en el entorno donde se encuentre antes de presentarlo ante alguien o algo nuevo. Por otro lado, el Boston debe recibir sesiones de educación desde el primer día en que llega a casa, estas deben venir acompañadas con su ejercicio, impartirse de forma constante y a modo positivo, nunca con golpes o gritos, pero sí con ayuda de premios y elogios por buena conducta. La buena noticia es que se trata de un canino bastante inteligente, por lo que enseñarlo a ser un buen chico no sería una tarea imposible; sin embargo, tienes que mantenerte paciente y consistente con las reglas de enseñanza, lo mismo aplica para todos los miembros del hogar que convivan con él. Los expertos de PDSA recomiendan encarecidamente nunca dejarlo a solas por más de cuatro horas, ya que existe la posibilidad de que se vuelva destructivo con las cosas de la casa y, al mismo tiempo, corre el riesgo de desarrollar ansiedad por separación, lo que no sólo interfiere directamente con su adiestramiento, sino que también afecta poco a poco su salud en general. Los especialistas de la organización American Kennel Club, por su parte, coinciden con que el Boston Terrier es un perrito lleno de vida que necesita realizar actividades físicas para mantenerse sano y feliz, por lo que recomiendan ejercitarlo moderadamente y brindarle la oportunidad de participar en deportes caninos, como agilidad, obediencia, flyball y rally, los cuales son formas divertidas de canalizar su energía de manera segura. Como todas las demás razas, los Boston Terriers también tienen sus debilidades de salud. Estos ejemplares pueden estar sujetos a una patología más que a otra, y no siempre se trata de una cuestión de genética.
No es un perro que sufra grandes o frecuentes problemas de salud, pero ciertamente no se puede decir que sea inmune a ningún tipo de patología. Afortunadamente, la mayor parte del tiempo goza de excelente salud. Úlcera corneal Por lo general, el signo más alarmante de esta patología ocular son los ojos llorosos, la úlcera corneal en los perros es una especie de herida en la membrana que recubre el ojo: normalmente no puede mantenerlo abierto, precisamente porque le molesta. A menudo puede intentar frotarlo con la pata y tendrá una expresión de dolor al hacerlo. Catarata Este podría ser uno de los problemas oculares más frecuentes, no solo en cachorros sino también en la edad adulta: el juvenil aparece sin embargo de 8 a 12 meses de vida. es bueno hacer chequeos con un veterinario en el proceso de la vida del ejemplar, las cataratas a menudo no son claramente visibles para el ojo no experto. Ojo de Cereza los Ojo de cereza indica un prolapso de la glándula del tercer párpado y es un trastorno que afecta principalmente a los cachorros de menos de un año, es tratable mediante una extirpación quirúrgica de la glándula o su reposicionamiento sobre la base original. Luxación de Rotula De hecho, es un problema muy común para perros pequeños y también se conoce como ‘rodilla resbalada‘. En la práctica, sucede que la rótula no está bien alineada, por lo que sus tres partes (fémur, rótula y tibia) no permiten que el perro camine correctamente. Un perro que tiene luxación de rótula generalmente cojea, pero los signos de este patrón «inusual» serán más evidentes en la fase de crecimiento y no en el nacimiento. Este problema óseo se estructura en cuatro grados (donde obviamente el cuarto es el peor): a primera vista el perro puede tener las patas arqueadas. Soplo del Corazón Los soplos o soplos en el corazón. son bastante frecuentes en el Boston Terrier: también pueden degenerar en patologías más graves, pero por suerte suelen permitirles llevar una vida tranquila sin demasiados problemas. Es precisamente un ruido, una respiración de hecho, que puede ser tanto fuerte como débil, resultado de reflujo de sangre a la aurícula izquierda. En la práctica, el corazón no bombea suficiente sangre al resto del cuerpo. Evidentemente no es una condición a subestimar: es mejor que tu veterinario la mantenga siempre bajo control. Habitualmente el tratamiento recomendado se basa en diuréticos y fármacos, asociado a una disminución de la actividad física y de la ingesta de sodio. |
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Noviembre 2023
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